Unas 300 variedades de bocaditos, como alfajores, rompope, manjar, dulce de leche, rosquitas, huevo moyo y otros dulces agradan el paladar de los turistas.

El olor a canela y leche, ingredientes primordiales para la elaboración de los dulces típicos de Rocafuerte, cantón del centro de Manabí, se percibe en diversos rincones de la localidad. El producto se oferta en locales y en puestos de las carreteras, que de allí avanzan a los balnearios manabitas de Crucita, San Jacinto, San Clemente y otros.

Hay más de diez dulcerías que se dedican a la elaboración de casi 300 variedades de dulces típicos de Rocafuerte. Estos son degustados por los turistas que de paso compran los bocadillos como los alfajores, higo, rompope, huevo moyo, dulce de guineo y muchas otras delicias.

Si se hablara de identidad de los dulces típicos esta sería la de Rocafuerte, un destino turístico conocido por el sabor, nombre y textura de cada bocadillo elaborado por las hábiles manos de gran parte de los 7.000 habitantes de la zona urbana que sobreviven de la actividad comercial.

Unos 500 quintales de azúcar, 1.200 litros de leche y 300 quintales de harina de maíz son los ingredientes que cada semana dan forma a los dulces típicos de Rocafuerte.

Más de 100 años de historia 

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Madres religiosas de la comunidad oblata  fueron las pioneras de la tradición, décadas atrás.

Ramiro Molina, historiador manabita, hace memoria de la tradición manabita. Él relata que la elaboración de dulces típicos de Rocafuerte iniciaron hace más de 100 años con la llegada de los inmigrantes alemanes y las religiosas oblatas. “La zona era muy pobre, las obras de caridad eran numerosas y por eso las religiosas empezaron a elaborar los alfajores para obtener recursos”, dice.

Asegura que con el pasar de los años lo que empezó con los alfajores de la mano de las religiosas, ahora es una actividad económica, sustento de una parte de la población.

Molina detalla que la elaboración y venta de dulces típicos en Rocafuerte no solo genera empleo dentro del cantón sino en otros sitios del país. “Son, en su mayoría, hombres quienes compran los dulces de diversas variedades que van envasados en tarrinas plásticas y viajan a Guayaquil, Quito, Ambato y Cuenca, para venderlos”, indica el historiador.

Tradición familiar 

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Miembros de la familia Delgado conservan el legado de sus abuelos. Por muchos años llevan elaborando dulces típicos. 

Dulcería Los Almendros, es una de las más de diez que existen en el lugar. Se trata de un negocio familiar liderado por Ondina Delgado. En el interior del local, que abre sus puertas cualquier día de la semana desde las 08:00, exhibe una variedad de dulces típicos de Rocafuerte.

Olinda lleva más de 50 años al frente del negocio familiar, una herencia de sus abuelos y padres que tras la historia y ejemplo de las madres oblatas decidieron que una de las formas de obtener dinero y alimentar a sus hijos sería elaborando artesanalmente manjares forjados a base de leche, harina, de trigo, azúcar, frutas y canela.

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Presentados en tarrinas o en botellas, los turistas se llevan a sus ciudades los dulces típicos de Rocafuerte, Manabí. 

 “Todos los pueden hacer, trabajamos muchos, pero hay que dedicarle mucha pasión para que este producto no solo endulce su boca, sino que también deje un lindo recuerdo de Rocafuerte”, expresa la comerciante.

Comenta que más de mil dulces típicos de Rocafuerte elabora en compañía de sus 12 trabajadores. Hay dulces en formas de conos, rombos, círculos y rectángulos, o los troliches, manjares hechos a base de harina y leche tras una compactación y elaboración de más de tres horas.

Ella creó las bolitas de chocolate con almendras, alfajor de cacao y coco sumado al bizcochuelo con manjar, pasas y licor que se suman a las más de 50 especies que se ofertan en su negocio, en donde todos los días se afana por atender a su clientela, especialmente los quiteños que frecuentan para las temporadas de feriados y vacaciones.

“Son épocas a las que uno aprovecha, los quiteños son los que llegan en mayor número y piden desde helados de manjar de leche hasta alfajores, huevo moyo y limón relleno. Los precios van desde $ 0,20 a $ 1, $ 3 y $ 5”, indica Olinda y añade que sus dulces están libre de químicos  y se los puede guardar en la nevera.

Su propio dulce de limón 

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Dulce de limón relleno solo se elabora en Rocafuerte. Es catalogado un ícono de la gastronomía e historia manabita. 

Rocafuerte es el único sitio donde se prepara el limón relleno. Solo tres familias conocen la receta, entre ellas está la familia Delgado. Este dulce típico de Rocafuerte se prepara por ocho días. Se parte el limón a la mitad y se saca lo agridulce, se sumerge alternativamente en agua fría y caliente hasta eliminar lo ácido. El relleno es de manjar de haba o arroz y su precio es de $ 1.

Hace tres años, el  limón relleno y otros dulces se elaboraban artesanalmente en las estufas y hornos de barro. Pero por la demanda debieron invertir en hornos y cocinas industriales. “Solo se cambió el instrumento pero la receta y la elaboración mantienen la tradición”, dice Olinda.

El local de Olinda se divide en dos secciones: en la parte delantera se exhiben y comercializan los dulces, helados y lácteos; mientras que en la parte de atrás se instaló una fábrica de alimentos, donde cada mujer sabe su labor y se divide la cocción, el horneado, la mezcla y la distribución. (I)

Localización de Rocafuerte 

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