Guayaquil experimenta un desarrollo inmobiliario y hotelero muy importante. Estos deben cumplir con las respectivas normativas de funcionamiento. Foto Turisec

Dentro de la cadena hotelera de Guayaquil hay un grupo que se mantiene organizado. Se trata de la agrupación Somos Hoteleros, que agrupa a 50 administradores y que hoy se hallan en camino para obtener la licencia ambiental de funcionamiento, a propósito de brindar un mejor servicio a sus huéspedes y por la preservación del medio ambiente.

Este trámite se encamina después de superar inquietudes con relación a la mencionada licencia, sean estas por el costo, asesoría y tiempo de gestión. El grupo Somos Hoteleros debió incluso solicitar a la Dirección de Ambiente de Guayaquil una mesa de diálogo para abordar  puntos de interés como prórroga extendida para los valores a cancelar y capacitaciones para un buen desarrollo de la diligencia.

Profesionales de la Dirección de Ambiente se reunieron virtualmente el lunes 27 de junio con los activistas del gremio para aclarar las dudas. Allí, Edda Castillo, hotelera, sostuvo que el trámite de por sí resultaba complejo y que por ello tendrían que contratar a terceras personas pese a que no hay recursos por la baja afluencia de usuarios.

Sin embargo los funcionarios José Dueñas y Joel Serrano, en representación de la Alcaldía, enfatizaron que la iniciativa no busca perjudicar a los empresarios, al contrario beneficia en gran parte a que sus negocios no sean cerrados. Los profesionales detallaron los beneficios a largo plazo, así como afirmaron que el permiso va de la mano con el tiempo de vida del proyecto, es decir no inferirá algún cambio de normativa.

Se añadió que el costo del trámite es de $180, cantidad que se cancela por el primer año de registro; en adelante, por cada dos años se dispone un valor de $50 para que sean revisados los informes ambientales. Los miembros de Somos Hoteleros despejaron así sus dudas.

El gremio cuenta con hoteles con capacidad de 15 hasta 30 habitaciones. Esta, conforme a la norma citada, está  en el rango de cero a 50 habitaciones y forma parte de actividades de bajo impacto, de allí la tarifa a cancelar. Santiago Jiménez, miembro del sector hotelero, confiesa que bajo esta premisa se sienten aliviados por ser un gasto mínimo aún en tiempos de crisis, más que todo porque es así como se cumple con la ley y los establecimientos no tienen el riesgo de ser cerrados.

“Estamos de acuerdo que generemos estos planes porque son cosas que, si vamos ligados con el Municipio de Guayaquil, nosotros podemos ir formulando dentro de nuestro equipo de trabajo. Esta es la mejor vía o forma de trabajar, de la mano con la entidad pública y privada, de la manera más educada y cordial”, dice Jiménez.

Esta primera fase finaliza con la aceptación de la iniciativa. Allí, los actores responsables suscriben un formulario donde se comprometen a un solo objetivo, como es mitigar y/o eliminar los impactos potenciales, adoptando medidas medioambientales viables, permitiendo el desarrollo armónico entre sus actividades de servicio y el medio circundante donde se encuentra asentado. (I)

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