El feriado de carnaval en Salinas tuvo hechos criticables. Las autoridades locales se inculpan entre sí no hay un plan para evitar que se repitan estos episodios

De ser un destino top de turismo, considerado uno de los más valiosos del Ecuador, hoy, por lo acontecido en el feriado de carnaval, Salinas se ha convertido en símbolo del desenfreno, de la falta de educación, de descuido y de un pésimo manejo turístico.

Videos de usuarios de redes sociales muestran ese descontrol. Hordas que obligan a abrir los vehículos que iban por el malecón para empapar a los ocupantes con espuma de carnaval; una mujer que se desnuda en el capó de un auto y un hombre que complementa esa tarea mientras ella hace movimientos sexuales en medio del rociado de espuma y gritos de algarabía de decenas de jóvenes, hombres y mujeres.

Es el registro mínimo de todo lo que se ha dado en el balneario de Salinas, el llamado símbolo de turismo. Ya en el chuchaqui de esa orgía carnavalera, las autoridades locales se disculpan, se inculpan, se lavan las manos. Un funcionario municipal dice que les faltó apoyo para el control en el balneario; la Policía aclara que recomendó cerrar la avenida del malecón, pero se hizo caso omiso.

Pasan los días y el episodio irá quedándose en el olvido, será una anécdota, como sucedió cuando en plena pandemia y pese a las restricciones, se registraron aglomeraciones de personas sin mascarilla, lo que originó un repunte de las cifras de contagios y muertes. También entonces se afectó al turismo en Salinas.

Este medio quiere ir más allá. Ha invitado a dos especialistas en turismo para analizar el caso de Salinas. Una docente universitaria y un decano de una facultad de turismo. Ellos señalan que hay que tomar acciones concretas para evitar que los intereses monetarios de los actores turísticos locales acaben convirtiendo a un destino privilegiado como una tienda de barrio.

Además, hemos pedido que el vicepresidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena haga su mea culpa. Sus opiniones las presentamos de forma textual. Lo demás, les corresponderá a los gobiernos locales y nacional, al Ministerio de Turismo y gremios.

‘Hay que educar al viajero y prestadores locales’

Enrique Cabanilla, subdecano de la carrera de Turismo, en la Universidad Central del Ecuador, señala:

“Definitivamente hay que educar a la población sobre cómo ser un viajero responsable, respetuoso con el destino y con su gente. Eso es una gran jornada a todo nivel y usando la fuerza de todos los medios de comunicación y redes sociales. La demanda solicita y muchas veces por creer que el turismo es solo dinero, los territorios se mercantilizan como en tienda de barrio.

“Una segunda arista es trabajar con la comunidad receptora y los prestadores locales, dejar en claro que lo que están sembrando hoy será el futuro de mañana. ¿Quieren ese modelo para los próximos 30 años, hasta que sea un basural del cual no se pueda regresar? ¿Valen unas pocas monedas de hoy, abrir ese agujero del cual es muy difícil salir? (basta mirar ejemplos como Montañita o Atacames).

“Las instituciones de la política pública son responsables de mantener el equilibrio, aquí se notó un abuso de la demanda, acompañado por intereses míseros de actores locales. Lo público cuida a niños, niñas, adultos mayores, familias, por igual que al visitante. No se pueden crear oasis en los que todo vale, eso muestra una decadencia social y moral que destruye cualquier aspiración de los destinos.

“La academia debe encabezar el proceso de transformación, tanto en el visitante para que sea un buen turista, como en las poblaciones locales y su autorespeto. ¿Qué vamos a mostrar en el futuro, niños drogados emulando lo que aprendieron de sus visitantes? ¿basurales en playas y campos?

“Finalmente hay que rescatar al individuo, como parte de un proceso de control social, si alguien te dice que estás pasando los límites, quizá no llegues a lo que vimos, pero la estructura familiar y social parece estar rota.

“Si dejamos que en nombre de ganar dinero, el turismo pueda hacer lo que quiera, estamos lejos de un turismo para el desarrollo”.

‘Debemos culturizar al turista sobre el destino al que va’

Melissa Rodríguez Santos, ingeniera en turismo, docente universitaria y articulista de www.turisec.com, comenta:

“Los GADs son los que deben planificar sus festividades… Lo que se evidencia es la falta de planificación en festividades culturales, falta de sanciones a malos turistas, a los que ensucian el destino turístico. Hay falta de cultura turística y conciencia ambiental.

“En destinos como Galápagos sería imposible pensar en un turismo de trago y destrucción del bien público. ¿Que hace falta? Planificación turística, culturizar al turista en temas básicos como cuidar el destino que visitan, sancionar a todos los que ensucian, más control por parte de las autoridades locales y provinciales.

“No se evidencia planificación turística, que es fundamental para alcanzar el éxito en el desarrollo, gestión y manejo de la actividad.

“La falta de cultura turística es increíble ya que se evidencia la carencia de valores que tienen tanto los anfitriones como los turistas.

“Los destinos turísticos deben tener claro la riqueza cultural y los recursos diversos y los valores culturales de su gente y se debe culturizar a los turistas que llegan al destino, para protegerlo y cuidarlo como si fuera su casa”.

‘Es hora de acabar con esto y tomar las riendas’

carnaval en Salinas

Entre los hechos suscitados en el feriado de carnaval en Salinas fue el ataque de grupos a ocupantes de carros. 

Luis Temenpaguay, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena, señala:

“Semanas previas al evento se coordinó el trabajo con las autoridades de control y seguridad. Se manifestó la prohibición de bebidas alcohólicas en los malecones y otros sitios turísticos de la faja costera, algo que no se cumplió y es gracias a la desobediencia que esto se salió de control.

“Faltó la presencia de agentes de control. Ahora se estima la llegada de un poco más de mil policías que se comprometan a actuar, sancionar y controlar, no como esos 600 que ni se veían en este feriado.

“Todo mundo vende alcohol en las playas, en un coche. Ya es hora de acabar con eso y tomar las riendas. Y ojo, no solo que la labor sea de la Policía Nacional y comunitaria, sino también de los actores turísticos, porque somos hasta cierto punto responsables de lo que se vende y ocasiona”.

Sin plan ni reacción

La única medida tomada por el Gobierno luego de los hechos lamentables en el balneario peninsular ha sido el cambio de gobernador.

Incluso el ministro de Turismo, Niels Olsen, solo publicó una opinión en Twitter: “Esperando que las nuevas autoridades de los gobiernos autónomos aspiren a subir la calidad de sus destinos también. El turismo masivo en algunas de nuestras ciudades como Salinas rebasan su capacidad de carga y es un golpe a la imagen del destino”, señaló en su trino. Lo demás, ni siquiera hay un plan.  (I) 

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