La Gruta de La Paz es uno de los sitios destacados del cantón Montúfar, a 18 kilómetros de San Gabriel. Los fieles llegan para venerar la imagen de la virgen María.

El cantón Montúfar, en la provincia del Carchi, posee una riqueza inconmensurable para el turismo religioso; la Gruta de la Paz, a donde llegan miles de fieles y turistas.

Se trata de una caverna en el cañón del río Apaquí, en la jurisdicción de la parroquia La Paz, a 18 kilómetros de la ciudad de San Gabriel. Es una formación rocosa por donde el agua se filtra desde la montaña y a lo largo de las décadas se ha formado un escenario con estalactitas y estalagmitas, entre las cuales anidan aves y murciélagos.

Así nació la Gruta de La Paz 

Gruta de La Paz

La imagen de la virgen María está en el centro de la gruta y fue tallada en la piedra del lugar, en  1911, por Daniel Reyes. 

El santuario Gruta de La Paz es muy concurrido en la provincia del Carchi. Edison Jiménez, historiador local, relata que la historia empezó en 1916, con un sueño del sacerdote otavaleño Jaime Jaramillo, entonces párroco de La Paz, Él visualizó la imagen de la virgen María en una piedra gigante rodeada por una caída de agua.

Cuenta Jiménez que al siguiente día, él, junto con un grupo de indígenas, visitó una gruta escondida en el cañón del río Apaquí e indicó que ese sería el lugar elegido para colocar una figura de la madre de Jesús, a quien bautizaron con el nombre de Nuestra Señora de La Paz.

En 1919, los mercedarios promovieron la conformación de la capilla, conocida antes como Gruta de Rumichaca, la cual estaría embellecida con una escultura de madera. Fue allí cuando el párroco Jaime pidió que el caserío fuera elevado a viceparroquia y fue quien entregó su primer culto a la virgen de La Merced en el siglo XX.

Luego prosiguió con las solicitudes a Roma para instalar la capilla en la gruta con un pedestal. Cabe destacar que la primera imagen de la gruta fue tallada en la misma piedra del lugar en el año 1911 por el escultor Daniel Reyes.

Muestras de agradecimiento 

Gruta de La Paz

En la pared cercana a la gruta hay placas de todo tamaño y color, como muestras de agradecimiento a la virgen. 

Los fieles que llegan hasta la Gruta de La Paz lo hacen por fe y por agradecer favores recibidos. Esa gratitud se manifiesta en la cantidad de placas y fotografías que se aprecian en las paredes cercanas.

Ruth Almeida, misionera local, detalla que al llegar al santuario los fieles se encuentran con una pared repleta de placas, que dan fe de los milagros. “Son impresionantes las muestras de amor y misericordia, con un testimonio de su divinidad y la capacidad para sanar y transformar vidas”, exterioriza Almeida.

Allí también se ven muletas de personas que han vuelto a caminar, lo que se considera un milagro de la virgen.

El santuario de la también llamada “Patrona del Carchi” es el centro de fiestas cada 9 de julio. Este año 2024 se conmemoran 109 años de fe y religiosidad. También se la visita el 10 de diciembre, fecha en la que fue declarado Santuario Nacional Mariano.

La Gruta de La Paz por dentro

Gruta de La Paz

El santuario está enclavado en una caverna a un costado del  cañón del río Apaquí, afluente del río Carchi. 

La Gruta de La Paz es única en el Ecuador y en Sudamérica, afirma Christian Meneses, vocero de la parroquia eclesiástica La Paz, para quien el sitio no solo se ha convertido en un lugar de oración, sino también en el escenario de bonitos atardeceres.

Una serie de gradas y pasamanos conducen a esta caverna de piedra, en donde el río Apaquí ha perforado un túnel para formar esta hermosa bóveda color verde esmeralda, lo que sería una roca viva de 150 metros. Su ingreso es gratis.

En el interior de la cueva se levanta imponente la imagen de Nuestra Señora de La Paz, mientras que en los costados hay sillas y confesionarios para realizar alguna plegaria. “Les da paz, es un sitio donde solo es usted, la virgen y el recorrer del agua, que se la siente tan cerca”, expresa.

Otras facilidades turísticas 

Gruta de La Paz

Los visitantes que llegan a la Gruta de La Paz tienen acceso a las piscinas de aguas termales, que serían curativas. 

Junto a la gruta se encuentra un balneario de aguas termales medicinales, que complementan ese escenario de paz y tranquilidad. Estas piscinas, a las que se accede por el pago de $ 3, poseen agua que aflora a 40 grados centígrados en una vertiente.

Maritza Franco, otra de las guías, comenta que el agua tiene fama de curativa. Es bendecida y trataría problemas de la piel y dolencias reumáticas. “Muchas personas se van como nuevas a casa y siempre vuelven, porque aquí no sólo oran, agradecen sino también se relajan”, acota.

Asimismo, en la parte alta del atractivo se asienta el convento de las hermanas clarisas, religiosas de clausura. Allí poseen un lugar de información turística, además que permite a las hermanas ayudarse económicamente a través de la venta de recuerdos religiosos y turísticos.

A un costado del monasterio hay pequeño hotel, un restaurante, puestos de comidas típicas, parqueadero y baterías sanitarias a disposición gratuita de los visitantes; además, muy cerca de la gruta y a orillas del río existe una fuente de agua termal, aprovechada para alimentar una piscina para esparcimiento y diversión de los viajeros.

Disponibilidad

Los interesados en visitar el conjunto arquitectónico de la Gruta de La Paz lo pueden hacer los 365 días del año.

¿Cómo llegar? 

Existen dos entradas que llevan hasta la Gruta de La Paz. Una de ella está a una hora y media desde Ibarra, por la Panamericana norte. Hay una imagen de la virgen al filo del camino, como guía.  A lo largo del camino se observan hermosos paisajes, formaciones rocosas y túneles.

El otro acceso está a 5 minutos del primero, viajando de sur a norte, en el caserío de El Capulí. Este recorrido se realiza por una carretera asfaltada en menos de 10 minutos.

Ambos accesos son vehiculares. En caso de que no cuente con un vehículo propio, puede hacerlo en camioneta o taxi de servicio público, a un costo promedio de $ 5.

Al norte del Ecuador, entre hermosas fachadas coloniales, destinos naturales y milenarias culturas, está la ciudad de San Gabriel. Tiene historia, belleza, gastronomía y diversidad que la consolidan como una verdadera potencia turística del Ecuador. Robby Ríos, guía local, detalla algunas de las alternativas que se pueden disfrutar en la localidad.

  • Laguna El Salado: Después de la Gruta de La Paz, este es otro de los sitios más visitados. Se localiza a 4 kilómetros de San Gabriel y tiene una extensión de 500 metros de largo por 200 de ancho.
  • El ingreso es gratuito. Alrededor hay diversas especies de flora como los sauces y orquídeas, además de especies silvestres como colibrí, tórtola, mirlos, quilicos y más.
  • Cascada de Paluz: Se trata de un paraje natural ubicado a 4 kilómetros de San Gabriel. Tiene 25 metros de altura, lo que facilita la práctica de rapel. Allí se asientan miembros de la cultura Cuasmal. El ingreso es gratuito.
  • Bosque Los Arrayanes: Localizado a 11 kilómetros de San Gabriel, es ideal para el ecoturismo. El bosque cuenta con una extensión de 10 hectáreas con árboles de  arrayán, árbol de tronco rojizo y espeso follaje.
  • Este bosque se ha convertido en el descanso de aves migratorias y refugio de animales silvestres.
  • El recorrido es de al menos 2 horas; el costo de la entrada al sitio es de $ 0,50. Los visitantes deben llevar botas, ropa abrigada y binoculares.
Gruta de La Paz

La laguna El Salado es un embalse lacustre en forma de U. Sus transparentes aguas la vuelven un lugar de paz. 

Hospedaje

  • Hotel San Francisco y Hotel Gabriela: Se ubican en la parte central de la localidad. Hospedarse allí tiene un costo de $16 por persona.
  • Hotel Colonial: Tiene un costo de $ 18 por persona la noche. Más detalles al (06)2270053.
  • Residencial Montúfar: Se podría tratar de uno de los más económicos de la localidad, ya que ofrece habitaciones desde $ 6 a $ 8 por persona. Informes al (06)2259873
Gruta de La Paz

La fritada de chancho es un delicioso plato típico que en San Gabriel se ofrece a un precio promedio de $ 3. 

Gastronomía

Comer en San Gabriel es un placer grande, es sumergirse en una experiencia culinaria. Yadira Revelo, chef local, indica que la historia de la gastronomía de este sector está arraigada en las costumbres ancestrales de las comunidades asentadas desde tiempos remotos.

Su dieta se basaba en productos autóctonos como la papa, el maíz y la quinua, que se cultivaban en las fértiles tierras de la Sierra Norte, pero con la llegada de los españoles se implementaron otros ingredientes como el trigo, cerdo y ganado vacuno, dando origen a una gastronomía mestiza.

Hornado, fritada, llapingacho y caldo de gallina son los platos típicos que en San Gabriel se ofrecen en diversos restaurantes y puestos ubicados junto a la Panamericana. Los precios van de $ 3 en adelante. (I)

Ubicación

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