El arribo de la Churonita al cantón Catamayo se dio en medio del fervor y devoción de miles de devotos que lo acompañaron este jueves 24 de agosto en su segunda jornada de recorrido.
Vestida de blanco, como símbolo de la paz frente a la inseguridad, con detalles del escudo y el tricolor nacional, la imagen salió al amanecer desde la parroquia San Pedro de la Bendita.
Más de 50 mil feligreses de Ecuador y Perú avanzaron con ella por la vía Machala – Loja. El día soleado no fue excusa para mantenerse en una actitud de oración, entre rezos, alabanzas y la penitencia de andar descalzos, de rodillas, en silla de ruedas, con cadenas en sus pies, pero con la misión de caminar 13 kilómetros junto a La Churonita.
En el trayecto, los devotos se acercaban a la virgen para buscar una oportunidad de cargar la urna de aluminio y cristal, que llevaba en su interior a la pequeña pero milagrosa figura de la patrona de El Cisne.
Turistas americanos y europeos apreciaban el acto de fe y mostraban su admiración por esa demostracxión. Según monseñor Walter Heras, párroco de El Cisne, la presencia de los fieles les permitía exponer diferentes necesidades, dificultades y enfermedades para que ella interceda ante Dios y brinde la paz que el Ecuador necesita.
Cientos de fieles pugnaban por cargar la imagen así sea en un pequeño tramo. La Policía resguardó a la imagen.
Entrada triunfal a Catamayo
La imagen de la Churonita, que permanecerá en El Valle del Sol, de Catamayo, hasta la mañana del sábado 26 de agosto, hizo su ingreso triunfal a ese cantón, pasadas las 14:00, bajo la custodia de la Policía Nacional.
Terminaba así el segundo tramo de la procesión de 72 kilómetros desde El Cisne a Loja.
En Catamayo fue recibida entre aplausos, un camino de flores, balcones adornados y lágrimas que rodaban por la mejilla de los fieles que año a año esperan esta fecha especial para agradecer a la Churonita por las gracias recibidas durante todo un año.
La fe atraviesa valles
Los peregrinos que acompañaban a la virgen hasta Catamayo llevaban consigo su propio testimonio de vida, en el cual La Churonita es la autora principal y protectora de sus vidas. Luis Inga, romeriante oriundo de la provincia del Azuay, con 60 años de edad caminó cerca de 35 kilómetros para cumplir con su objetivo.
“Hace 15 años se me presentó cáncer a la próstata, que me estaba matando. Y gracias a la misericordia de la virgencita que me sanó y desde luego caminó con ella como una muestra de agradecimiento por mi salud y la de mi familia”, comentó Luis Inga.
Otro de los testimonios es el de José Santos, residente peruano en la ciudad de Loja, quien hace varios años, se considera un devoto más, porque pidió en sus oraciones a la virgen de El Cisne la recuperación de su hijo.
“Él atravesaba una enfermedad mortal, pero sin haberle suministrado medicamento mi hijo se sanó y cree que fue un milagro de La Churonita”, señala.
Testimonios como estos hay miles en cada uno de los feligreses que recorren junto a la virgen de El Cisne. El trayecto es una experiencia única que se vive a cada paso.
Jornada de descanso
Los tradicionales castillos de luces y el concierto mariano se volvieron una noche llena de alegría en el cantón Catamayo.
Este viernes 25, en cambio, se iniciará el día con el rezo del rosario a las 05:30. A las 16:00 la virgen visita la Escuela de Formación de Policías, en la parroquia San José. Además, a las 19:00 será la misa de víspera de partida hacia la ciudad de Loja. Este sábado 26 de agosto, a las 04:00, se cumplirá la misa de despedida y, desde las 06:00, la Imagen saldrá, vestida de viajera, en romería, rumbo a Loja. (I)
