LOs días más complicados para el trabajo dew Gabriel Cabrera son los sábados y domingos. Labora con una tabla de sur, la bala y otros implementos. Foto Turisec.

Lleva un pito que cuelga del cuello y una bala (especie de boya) en sus manos; viste licra negra, pantaloneta roja, buzo negro mangas largas, una mascarilla, también negra y que tapa su rostro y cuello; gafas y gorra. Así, Gabriel Cabrera, un joven de cuerpo menudo va y viene, sin descanso, por la playa Paraíso, en Engabao, parroquia de Playas, Guayas.

Unos le dicen salvavidas, otros rescatista. Pero él, solo él, es el guardián de aquella playa, de casi un kilómetro de largo y donde estallan olas bravas y llegan cientos de turistas.

Por eso recalca que prevenir es fundamental. “Si existe prevención, no tendremos que llegar a rescates complejos”, asegura. Cita que, una vez, un instructor le dijo que mejor salvavidas no es el que más vidas rescata, sino el que más previene. “Eso es lo que hacemos, prevención”.

Gabriel trabajaba hasta hace casi un año en la construcción en su parroquia, Engabao. Luego de su jornada y los fines de semana hacía de rescatista voluntario y ahí aprendió todos los secretos para cuidar a los bañistas. Desde hace cuatro meses ya labora como salvavidas contratado por el Municipio de Playas, ganando el sueldo básico.

Es estudiante universitario y demuestra que le encanta estudiar porque conoce muchos secretos de su profesión de rescatista.

Detalla que la playa Paraíso es una de las más complejas, “sobre todo por las corrientes; hay que saber identificar cuáles son las más fuertes, las más débiles, las permanentes; como salvavidas hay que saber de eso para ubicar y anunciar a los bañistas”, refiere.

Detalla más características de esta playa, una de las más complejas del país. “Esta playa no es tranquila, siempre tiene corrientes fuertes; es una playa donde está una sola persona (yo)”. Los equipos son donados o puestos por él. La bala, las aletas, un chorizo para agarrar a los niños y la tabla de surf, con la que más ha hecho rescates.

Se guía de las tablas de mareas y oleajes del Inocar, coloca él las banderas amarilla, de alerta, y roja, de prohibición de entrar al mar. Pero se enfrenta a una realidad y la comprende: “Las personas que llegan de diferentes ciudades vienen a bañarse, a sentir el mar; y quitarles la ilusión de entrar al agua es triste, hay que saber cómo llegar a ellos. Lo que hago es advertir, decir que no se adentren, que se queden en la orilla: y a los niños, sobre todo cuidarlos más”.

El rescatista que ha salvado a 14 turistas en el mar de Engabao

Gabriel Cabrera tiene una tabla de surf para movilizarse más rapido en los rescates cuando alguien se esté ahogando.

Falta de salvavidas

Él ha tenido 14 rescates, a siete personas en estado crítico y s otras siete a las que ha llegado justo en el momento crítico, en que ya han estado tragando agua.

Gabriel desnuda una realidad de Playas, donde según registros periodísticos han ocurrido cinco muertes en dos meses. En Engabao está solo él; en Puerto Engabao, uno; nueve en Playas.

“Por normativa, cada 200 metros debe haber un salvavidas, para 14 kilómetros de playa, en el balneario de Playas, hace mucha falta más salvavidas, eso puede ser la causa de que haya desgracias”, razona.

A él, eso no lo desanima, pero pide a las autoridades correspondientes o al gobierno nacional meditar la importancia sobre su labor y de todos aquellos rescatistas que cuidan  las vidas de los turistas en las 96 playas de la faja costera del Ecuador. (I)

Muy personal

  • Nombres: Gabriel Cabrera.
  • Profesión, rescatista contratado por el Municipio de Playas.
  • Estado civil, soltero.
  • Estudia en cuarto semestre de Comercio exterior en la Universidad Técnica Empresarial de Guayaquil.
  • Reside en Engabao.
  • Trabaja en la playa Paraíso, de miércoles a domingo.
  • La playa queda a 8 km de Playas.
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