En el cerro Cojitambo hay diversas vías para escalada deportiva y clásica: placas, desplomes, regletas y más; en la zona también hay ruinas y otros atractivos.

Un imponente cerro en los Andes es uno de los concurridos sitios para visitar en la zona rural de Azogues. El cerro Cojitambo es de tipo multiforme, de acuerdo al ángulo del que se lo vea. Desde el norte parece un león dormido; desde Azogues, un galgo sentado en sus patas traseras; y, desde el sur, un cerro imponente en forma piramidal o hasta un picacho que hiere la parte azul del cielo.

Este mirador natural ofrece una visión panorámica de 360 grados, por lo cual, desde su cima, los visitantes aprecian una variedad de paisajes o atractivos, entre ellos las ruinas.

El cerro es también un espacio ideal para los amantes de la fotografía. Este concurrido atractivo turístico, en contacto directo con la naturaleza, ha sido adecuado para deportes extremos y para compartir entre familias, amigos y mascotas.

Richard Reina, originario de la zona, menciona que al ser un área verde y libre, los visitantes pueden realizar actividades como senderismo y acampada con vistas a Azogues, Cuenca y sus alrededores, sin necesidad de un guía ya que la señalética indica cómo seguir la ruta. Añade que en su parte alta hay refugios donde los turistas pueden descansar, alimentarse e inclusive cubrirse del sol o lluvia.

Vista gráfica del Cojitambo

El cerro tiene nombre real

El cerro se sitúa a 3.076 metros sobre el nivel del mar y es un espacio para darse un “descaso de oro”, como su nombre real Kuri Urku.

Quienes llegan hasta el lugar también se deleitan con una gran vegetación de capulíes, mientras que en la periferia hay una fauna representada por animales domésticos, ganado vacuno y ovino.

Un lugar para escalar

El guía de turismo Giuseppe Rojas dice que visitar Cojitambo es sentirse en casa. Pero allí también hay un espacio ideal para los amantes de los deportes extremos. Están habilitadas 180 rutas para rapel y escalada.  “Aquí se les brinda a los visitantes la oportunidad de experimentar la escalada en roca condicionada en los lados sur y este”.

Asegura que la práctica de esa actividad debe hacerse con apoyo de un guía, por los posibles riesgos. “Hay deportistas que aún no conocen el lugar, entonces para ellos se les recomienda el sistema de guianza, el cual oscila entre $ 15 para adultos y $ 10, los niños”, refiere.

Otro de los guías es Felipe Guarderas, quien comenta que las rutas están disponibles por niveles, desde principiantes hasta expertos. Recomienda que los escaladores deben tener equipo de seguridad como calzado, arnés y un dispositivo de amarre.

"En el caso de que se suelte de la roca, el invitado está protegido por una cuerda que está sujeta por el guía ubicado en el piso. El escalador siente un tirón en la cintura al caer”, describe Guarderas.

El guía afirma que las rutas varían entre 10 y 200 metros de longitud por lo que niños desde cinco años hasta adultos pueden practicar de actividad. Guarderas añade que la emoción invade cuando se cruzan vías,  senderos y campos cubiertos de vegetación.

COJITAMBO

En Cojitambo los fines de semana se registra la presencia de turistas de Guayaquil, Manta, Machala. También extranjeros.

Ruinas arqueológicas

Complejo Arqueológico Cojitambo

Las estructuras de Cojitambo son de construcción sólida a base de bloques canteados de roca andesita.

Durante la travesía por el cerro se contempla el sitio arqueológico de Cojitambo. Este está conformado por un extenso complejo de ruinas de la cultura cañari que se levantan sobre la cumbre.

Isabel Garate, directora de turismo de la zona, exterioriza que las estructuras de las ruinas de Cojitambo son evidencia de la presencia inca, ya que la construcción cuenta con una base sólida de bloques uno sobre otro pegadas con argamasa de tierra negra y relleno de mampostería.

Añade que el Camino del Inca pasa por la base del cerro de Cojitambo. “Se cree que fue un asentamiento inca destinado a servir de tambo (descanso) en la ruta del Cápac Ñan que lo enlazaban con otros centros incas importantes como Ingapirca y Tomebamba”, detalla.

Otros atractivos cercanos

Cueva del Mashu Juktu

La cueva del Mashu Juktu es uno de los atractivos recuperados al pie del cerro y atrae a los visitantes.

Al pie del cerro y las ruinas arqueológicas del Cojitambo se recuperan espacios de valor cultural para el cantón Azogues. Se trata de la cueva del Mashu Juktu, El Chorro y una parte del Cápaq Ñan que conforman una ruta turística.

Garate asegura que la cueva del Mashu Juktu o cueva de los Murciélagos se caracteriza por conductos y concavidades y se cree que los túneles conectaban los cerros Cojitambo (Azogues) y Guagualzhumi (Cuenca), además de que los cañaris realizaban en el interior de los sitios sus cultos y rituales.

Garate menciona que El Chorro servía como un lugar de adoración y culto al agua. Luego fue adecuado para convertirse en la principal fuente de abastecimiento de agua de Cojitambo y sus comunidades previo a la construcción del actual sistema.

Mientras el conocido como  Camino del Inca rodea el cerro Cojitambo y las ruinas. El sendero está limitado en la actualidad por muros de piedra e hileras de árboles. (I)

Hospedaje

En las zonas aledañas al Cojitambo hay hostales disponibles desde $5 a $ 10 por persona la noche.

Gastronomía

Entre los platos más destacados está el caldo de mocho, una sopa preparada con la cabeza, patas y vísceras del borrego, sazonada con especias y hierbas de la zona a un precio accesible de $ 3. (descripción de la foto).

Además sobresale el tradicional cuy con papas con un precio de $ 5 o empanadas y humitas a $ 1,50.

Ubicación

El cerro Cojitambo y su zona de ruinas  se localiza a 11 km al oeste de la ciudad de Azogues, en la parroquia Cojitambo del cantón Azogues.

¿Cómo llegar?

Para acudir a e este lugar se puede utilizar el servicio de transporte intercantonal, a través de la cooperativa de transportes Panamericano. Tiene su estación de servicio en la terminal terrestre ubicada en la avenida Ernesto Che Guevara, de Azogues. La ruta Azogues-Cojitambo-Déleg, con un servicio cada 15 minutos. La duración del recorrido es de 30 minutos hasta la  entrada para acceder al cerro.

En el caso de contar con transporte propio pueden acceder hasta las faldas del cerro y estacionarse al inicio del sendero por el valor de $ 1. Para ingresar a las ruinas, también se deja el carro en ese sitio y se sube por un camino hasta la cima del cerro. Una vez visitadas las ruinas se puede subir a su terraza por una escalinata. En las ruinas hay una habitación cuadrada con varias hornacinas trapezoidales. (I)

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