Atardecer de ensueño en el cerro Puñay, de Chunchi; para estar sobre las nubes hay que recorrer casi tres horas

Se encuentra a 148 kilómetros de Riobamba y a 160 kilómetros de Guayaquil. Se eleva solitario en medio del gran valle de Piñancay y desde su cima se pueden apreciar el ocaso brillante, con rayos que se extienden por encima de las nubes en la gran llanura del Litoral ecuatoriano, con tonos y colores únicos. Es el cerro Puñay y su atardecer de ensueño, mágico, romántico, deslumbrante.

Según su historia, siglos atrás el Puñay fue un centro religioso ceremonial para los cañari, quienes fueron los encargados de la construcción de una pirámide truncada, la más grande y alta de la región y la única edificada sobre la cima de una montaña.

En la actualidad es un exuberante atractivo natural, que recibe cientos de visitantes año tras año, en los meses de agosto y septiembre, la mejor época. No obstante, hay demanda desde abril, cuando aún hay lluvias y la posibilidad de que la niebla dificulte la vistosidad.

César Ortega, guía turístico nacional, oriundo de Chunchi, destaca que la travesía a este lugar tiene algunos tramos relativamente complicados, aunque para los turistas todo vale la pena si se trata de llegar hasta la cima y apreciar el naranja y rojo del atardecer, "una de las mejores puestas de sol que solo en Ecuador se puede apreciar".

“El tiempo de ascenso es de aproximadamente tres horas, dependiendo del estado físico, aunque para muchos el sacrificio de caminar por los senderos señalizados vale la pena”, dice Ortega, quien a través de una atención personalizada recibe, sobre todo los fines de semana, entre 30 y 40 turistas interesados en conocer la arqueología y patrimonio del lugar. Sin embargo, otros 300 viajeros recorren el sitio por su propia cuenta o con otros guías.

Comenta que algunos ecuatorianos y extranjeros, luego de la aventura de ascender hasta la cima, deciden acampar para no perderse el imponente espectáculo de ver como se oculta el sol cayendo sobre una cama de nubes.

Incluso se puede apreciar la luna en pleno día, mientras que por las noches las estrellas brindan una experiencia visual incomparable en todo momento.

Para los interesados en realizar este tipo de turismo de aventura, aquí más detalles del tour: 

La activad se extiende desde las 11:00 hasta el siguiente días, especialmente los fines de semana. Incluye el servicio de un guía nacional o local de turismo certificado, asistencia de primeros auxilios, organización de la ruta y fotografías durante el recorrido.

“La movilización se inicia desde el cantón Chunchi. Allí nos reunimos con los interesados a las 10:00, salimos hacia la ruta a las 11:00. El día depende mucho de cuando los turistas hayan elegido su tour”, explica el guía.

El cansancio de recorrido de tres horas se opaca con el entusiasmo de llegar a la cima y conocer los alrededores como la comunidad de Santa Rosa y el complejo arqueológico, ubicado en la cima de la montaña.

“Para ser puntuales, la hora de llegada a Santa Rosa es casi a las 11:30, desde allí inicia el ascenso al cerro. Se llega a la cima a las 15:00; a las 15.30 se visita el complejo”, afirma Ortega.

El atardecer, la noche y el amanecer son los momentos propicios para disfrutar de las vistas de la naturaleza, del manto de nubes o de una vista despejada casi hasta el océano.

El guía de turismo exterioriza que lo ideal para acampar en el lugar es recomendable llevar ropa cómoda, muda de ropa extra, chaqueta y ropa abrigadora para la noche, poncho de aguas, pantalón impermeable, guantes, gorra de sol y de lana, mascarilla o buff, zapatos de trekking, gel o alcohol, bloqueador sola, cámara fotográfica, sleeping, carpa de tres estaciones, bastones de trecking, linterna frontal, dulces o panela y medicación en caso de tomarla. Comida. 

“Cada punto es importante considerar ya que en la cima del cerro no hay cabañas, tiendas o baños por lo que se les indica a los turistas que procuren no dejar basura en los alrededores”, expresa.