En una sartén grande, el chef Édgar Berrús removía el tallarín, colocaba aderezos y, luego, poco a poco agregaba pulpa de cangrejo. En otra olla se hacía desparramar con fuego la pulpa de cangrejo. En otra gran paila, el arroz marinero humeaba y desprendía un olor también a cangrejo y hacía honor al festival del crustáceo que se organizó este domingo 7 de agosto en Naranjal, sur de Guayas.
Otra olla contenía cangrejos cocidos, rosaditos, de esos que al servir se llaman criollos. Todo estaba debajo de una carpa, donde una decena de personas preparaba y atendía. Y afuera de esta, unas 40 personas hacían cola para pagar y otras tantas para recibir su plato.
Esa carpa correspondía al gremio 22 de Enero y era una de las más concurridas del festival, que contó con casi medio centenar de oferentes de platos hechos con el crustáceo rojo, en toda una calle de este cantón guayasense, de cuyos manglares ubicados a un costado del Golfo de Guayaquil se extrae el cangrejo.
Adictos al cangrejo rojo

El festival del cangrejo en Naranjal atrae a turistas quienes se deleitan del crustáceo hasta antes de su veda.
El chef Berrús, que labora en el restaurante Puerto Inca, daba gracias por la cantidad de turistas que llegaron a Naranjal con ocasión del festival del cangrejo, que se retomaba luego de una para de dos años por la pandemia. Así narraba en un en vivo en Facebook que hizo TURISEC.
La gente llegó por cientos, o más bien por miles. A las 13:30, por ejemplo, la columna de carros en la entrada a Naranjal, por la vía Guayaquil-Machala, era de más de un kilómetro, los espacios improvisados como parqueos estaban llenos. La gente copaba la calle de la feria de casi medio kilómetro. Pero ya la mayoría de expositores terminaba ya su oferta de platos.
"Ha habido buena asistencia, ojalá ya podamos mantener esto año a año", decía Berrús, quien detallaba algunos de los platos que ofertaba como tallarín de cangrejo, arroz con cangrejo, cangrejos en salsa de mariscos, ensalada, al ajillo y cangrejos criollos, entre otras delicias. Uno de los platos era una bandeja con arroz, tallarín, cazuela, ensalada y salsa al ajillo con cangrejo como base.
Creatividad en el festival
Cada puesto de venta se había preparado con buenas provisiones. Mario Vera contaba que a las 13:00 ya terminaba de cocinar 26 atados de 12 unidades. En total, tenías 48 atados para los clientes.
Entre los cientos de comensales estaba Carlos Mendieta, quien llegó de Guayaquil con cinco familiares: “Muy buena iniciativa para los pequeños emprendedores, que se levanten de a poco. Es primera vez que vengo a esta feria y me encantó. He pedido un encebollado de cangrejo”, decía con un rostro que denotaba satisfacción
Los organizadores, en este caso el Municipio de Naranjal y su departamento de Turismo, habían anticipado que se ofrecerían 30 variedades de platos y eso era evidente ya en el festival de este domingo.
Se ofertaba desde empanadas y corviches de cangrejo hasta los conocidos preparados con el crustáceo como carapacho relleno, que se vendía a 3 unidades por 5 dólares, uñas gratinadas y más.
María Lucero organiza eventos y prepara una variedad de gastronomía. Tenía su puesto y decía que están en la feria para dar un buen servicio a los visitantes. Estaba contenta porque ha habido buena acogida.
Ofrecía ensalada de cangrejo, arroz marinero, corviche de cangrejo, empanadas de cangrejo y carapachos rellenos, a precios que iban de 5 a 10 dólares el plato.
La Casa del chef de Naranjal llevó al festival lasagña de cangrejo con queso gratinado a un costo de $ 8. Era otro puesto donde los comensales hacían fila para cancelar, para retirar la variedad de platos y conseguir una mesa.
Cangrejos con show musical
Paralelo a la comercialización de delicias cangrejeras se desarrollaba un festival artístico con artistas locales y nacionales que se presentaron en una tarima.
También estaban presentes decenas de comerciantes que ofertaban otros productos y hubo un espacio donde se recreaba la captura de cangrejos en el manglar y sus protagonistas llamaban a cuidar la naturaleza.
Así, el festival fue un evento masivo. El chef Berrús añoraba: "Ojalá no haya más emergencias y con salud podamos organizar más eventos". (I)